¿Estás cansado de reuniones que podrían ser un correo electrónico? ¿Crees que tú y tus compañeros podríais conseguir más si tuvierais más autonomía? ¿Tienes dificultades para mantenerte al día con los procesos de tu propio grupo debido al gran número de personas que lo componen? ¡Un liderazgo ágil bien aplicado puede solucionar todos estos problemas!
¿Tu personal ya utiliza esta técnica, pero sigue encontrando problemas? Entonces, quizá se trate de analizar si, en algún momento, no se han desviado de lo que realmente predica el Manifiesto Ágil. Esto puede ocurrir gracias a los consejos cada vez más dispersos que se comparten en Internet.
Comprueba si lo que se ha implementado cumple con algunos requisitos.
¿Sirve para satisfacer al consumidor? ¿Sabe cómo responder al cambio? ¿Promueve la colaboración con el cliente? ¿Las prácticas apoyan y animan a las personas afectadas? ¿El ritmo de trabajo es constante?
Si, en alguna de estas preguntas, tu respuesta fue negativa, es el momento de reevaluar la aplicación y caminar otra vez a partir de los primeros pasos.
¿Sigues creyendo que es un trabajo innecesario y que todo se puede arreglar con la capacitación tradicional o con conversaciones dirigidas? Entonces, tal vez las estadísticas disipen las dudas que quedan.
Los investigadores del desarrollo de profesionales y del aprendizaje de adultos sugieren que el método 70:20:10 es la mejor manera de aprender. Es decir, el 70% de lo que se absorbe ocurre a través de la experiencia. El 20% proviene de reuniones y el 10% restante de entornos de formación convencionales.
¡Ahora, aprende, en el resumen del libro “Agile Leadership”, cuáles son las mejores prácticas para inculcar el revolucionario sistema en el día a día de tu entorno laboral!
En solo 75 páginas, repartidas en siete capítulos, además de la introducción y la conclusión, “Agile Leadership”, de Alex Campbell, centra sus esfuerzos en solucionar los desafíos de comunicación y motivación de los equipos.
Disponible solamente en inglés, se publicó de forma independiente en 2021.
No esperes encontrar lo básico a respecto del método ágil o la esencia de las tácticas de scrum en este libro, pero sí una reafirmación de los principios ágiles y cómo aplicarlos para el nivel de tu servicio como líder.
El autor se ha especializado en las áreas de programación, con un enfoque en el lenguaje Python, así como en metodologías ágiles, SCRUM, visualización de datos y ciencia de datos.
Explicando desde los conceptos básicos para principiantes hasta los más avanzados para su aplicación en puestos superiores, Alex Campbell ha publicado más de 20 libros. Algunos son específicos de cada una de estas habilidades, otros las combinan.
El nombre del libro, “Liderazgo Ágil”, en traducción libre al español, ya dice en qué situación merece tu lectura. Si ocupas un puesto de liderazgo, puedes revolucionar el funcionamiento de la empresa o encarrilarla, en caso de que esté pasando por algún trastorno.
La parte ágil denota la metodología que debes implementar en el trabajo para que los procesos y las herramientas tengan sentido.
Son válidos tanto para equipos que aún no han experimentado esta técnica, como para personas recién llegadas en el puesto de liderazgo, pero que ya han estado en un entorno ágil.
El libro también es recomendable si percibes que la concepción del método está alterada en los trabajadores más jóvenes de tu equipo, o si buscas consejos diferentes a los que ya existen.
Si un líder evalúa a su personal al menos anualmente, ¿por qué no iba a hacer lo mismo con sus propias habilidades y rendimiento?
Para orientar su autoevaluación, el autor determina que el líder ágil tiene las siguientes responsabilidades:
Puede ser difícil, e incluso un poco desesperante, encontrarse con responsabilidades tan grandes, por lo que una buena idea es tener relaciones de mentoría.
Tu mentor ni siquiera necesita conocer el sistema con el que trabajamos aquí. Solamente tiene que ser alguien con quien hayas tenido contacto, que admires y que tenga unos ideales que coincidan con lo que buscamos, como valorar más a las personas, por ejemplo.
Esto también es importante para que entiendas lo que es estar en el lugar de quien aprende.
Pero siempre hay que estar atento a la relación. Si llegas a un punto en el que tu guía se limita a decirte exactamente lo que tienes que hacer o, por el contrario, te da responsabilidades pero no te enseña las formas, es hora de poner punto final.
Asimismo, no pienses que por ser un scrum master tu trabajo se limita a las funciones de servicio. Mentorizar a alguien es otra forma de colaborar para la evolución de toda la empresa.
En cuanto a las precauciones a tomar, no construyas esta relación de manera forzada bajo ninguna circunstancia y, aquí sí, es válido darla por terminada si notas que el mentoreado no se está dedicando.
Hablando sobre cómo el líder desempeña su papel en la práctica, actúa mucho más como portavoz, como “puente” con el personal de desarrollo, que como gestor. Esto se traduce en acciones como compartir los éxitos, minimizar las críticas y asegurarse de que el equipo no promete más de lo que puede cumplir.
Por lo tanto, básicamente todo en esta función se resume en tener una reputación fiable.
Existen también ciertas dinámicas que el líder puede implementar de vez en cuando para “agitar” el ejercicio de las competencias.
Del conjunto de habilidades utilizadas por el portavoz que proviene de las prácticas de marketing y ventas, tenemos la práctica de storytelling, por ejemplo, que cuando se conduce adecuadamente, anima a todos los trabajadores a contribuir con ideas creativas.
Por último, recuerda: cuanto más tiempo esté una persona en el liderazgo, más errores cometerá, así que haz las paces con ellos.
Antes de cualquier cosa, responde a ti mismo algunas preguntas sobre el trabajo que realiza tu equipo.
¿Se basa gran parte del servicio en la resolución creativa de problemas? ¿Depende el proyecto o el propio equipo de la colaboración del usuario final? ¿El problema o el resultado final es al menos parcialmente desconocido?
Si es así, entonces ya has establecido que la metodología ágil es la forma más adecuada de conducir el emprendimiento. Ahora es el momento de aprender a aplicarla de forma correcta.
El corazón de la metodología ágil es la autogestión de los empleados. Actuando así, el rendimiento es más rápido, los cambios se reciben mejor y las entregas tienen mayor calidad, con productos centrados en el consumidor.
Naturalmente, el entorno de trabajo cambia, pero no puede ocurrir lo mismo con el sistema ágil. Esto no significa que no pueda personalizarse para satisfacer mejor las necesidades y preferencias de cada uno.
Por ejemplo, hay herramientas, como Trello, que ayudan a gestionar y visualizar las responsabilidades de todos, los objetivos y las metas alcanzadas.
Pero si el objetivo es facilitar el proceso, es mejor renunciar o buscar otra herramienta más adecuada en caso de que el propio proceso de aprendizaje y manejo esté causando problemas.
Aún sobre utilidades, el autor recomienda Slack para hacer contribuciones y discutir cambios fuera de las reuniones programadas, o la creación de un simple correo electrónico, al que las personas puedan enviar sus inquietudes, dudas y sugerencias.
Pues bien, si el objetivo es mejorar la velocidad de los procesos, ¿por qué implantar otro canal de comunicación más? Justamente porque los equipos, sus interacciones y reuniones deben reducirse, pero sin correr el riesgo de dejar escapar aquella idea innovadora.
Por último, pero muy importante, no caigas en la trampa del “efecto espectador”, sé siempre el que toma la iniciativa. En el peor de los casos, se hará lo mismo dos veces, o se notificará el mismo problema dos veces.
Es mejor que los responsables de la toma de decisiones sepan más sobre algo que requiere atención que un incidente pase desapercibido.
Al igual que en cualquier esquema de gestión de equipos, la comunicación es una parte fundamental.
En un sistema autogestionado que lleva la velocidad en su nombre, la dificultad de intercambiar información aumenta.
Para reducir al máximo los fallos en este aspecto, un punto de partida es que la conversación cara a cara es siempre más eficaz que el envío de correos electrónicos o memorandos.
Tal vez pienses que de este modo se ocupa más tiempo, rechazando los aspectos prácticos que adquirimos a lo largo del tiempo. La cuestión es que la simplicidad también es primordial. Las reuniones deben estar limitadas en el tiempo para que sólo se traten los asuntos esenciales.
Si tienes dificultades para saber específicamente cómo actuar en la conversación, el autor recomienda aplicar los trucos que trae el libro “Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas”, como empezar con una sonrisa y un cumplido sincero y específico.
Al igual que en cualquier otro asunto en el trabajo, tus posibilidades de éxito son mayores si hay una preparación. Antes de cada conversación programada, sepas exactamente qué quieres abordar y cómo lo harás. Luego, trata de argumentar contra ti mismo, de modo que arreglas lagunas y ya sabes qué tipo de respuestas puedes esperar.
En este sentido, uno de los puntos más básicos es, por supuesto, saber con quién se está hablando. En conjuntos de trabajo tan diversos como los que ofrecen los entornos ágiles, utilizar demasiados términos técnicos o incluso hablar de forma demasiado simplificada puede interferir en la calidad del informe.
Además, haz preguntas a lo largo de la conversación sobre lo que se está diciendo, aunque sea algo así como “¿Puedes decirme más sobre este punto?”.
Al final de la reunión, identifica con tu interlocutor qué parte será afectada por el asunto planteado.
Todo ello contribuye a desarrollar en el empleado las mismas habilidades de comunicación e identificación de problemas.
A la hora de terminar la conversación, ¿hay ese silencio incómodo en la habitación o acabas inventando una excusa, como una llamada telefónica? Así pues, hay aquí algunas preguntas mágicas que el autor recomienda para estos momentos, capaces de establecer el compromiso y de enfatizar los puntos clave:
Para aprender más sobre una de las técnicas de gestión ágil más utilizadas, Scrum, ¿qué mejor que consumir directamente del propio cocreador? No basta con eso, aún es nada menos que el coautor del propio Manifiesto Ágil. Jeff Sutherland es la autoridad en la materia que te guía a través del libro “SCRUM”.
En “Os Segredos da Gestão Ágil”, los empresarios Thiago Oliveira y el premiado João Kepler aportan (no solo) la filosofía Agile como uno de los secretos de las empresas modernas de éxito. Además, desarrollan otros consejos para adaptar las empresas a los nuevos tiempos, incluso para aquellos que están empezando su empresa ahora.
¿Hay algo más ágil que pasar de la idea de un proyecto a la visualización de cómo funciona el prototipo en la visión de los clientes en sólo cinco días? Eso es lo que aprenderás en el libro “SPRINT”. Quienes lo enseñan son el inventor del método homónimo, Jake Knapp, junto con John Zeratsky y Braden Kowitz.
Empieza ahora mismo a ejecutar tus habilidades de liderazgo con el ejemplo y haz una autogestión de lo que debe evolucionar.
Entonces, ya interiorizando el concepto de agilidad tan valorado aquí, ¡cuéntanos en los comentarios cuáles fueron los puntos más importantes en tu caso!
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