¿Sabías que en el Tíbet no existe la palabra “creatividad”? Según Gueshe Thupten Jinpa, el principal traductor del Dalai Lama, la traducción más cercana sería la palabra “natural”.

Si tu negocio está estancado, tal vez te falte esta naturalidad en tus procesos, o al menos dejarla fluir. Eso es lo que demuestran dos estudios presentados en el libro que vamos a tratar.

La primera proviene de IBM, que señaló, entre más de 1500 CEOs, la creatividad como la competencia más importante para los líderes de las empresas.

Otro fue realizado por Adobe Systems, en tres continentes, con 5 mil personas. De ellas, 4.000 consideraron esta competencia fundamental para el crecimiento económico. 

Por otro lado, solo 1250 creen que son capaces de ejercer su potencial creativo. ¿Te das cuenta de todo el talento que se podría aprovechar siguiendo la cultura tibetana?

Al leer este resumen del libro “Creative Confidence”, de Tom y David Kelley, aprenderás, con ejemplos de casos de éxito, herramientas para revolucionar tus productos y prácticas profesionales. ¡No seas uno más entre la multitud!

Una promesa en forma de ocho capítulos y 288 páginas. Mientras David Kelley se encontraba en tratamiento contra el cáncer, los dos hermanos prometieron que si la recuperación fuera exitosa, escribirían este libro.

Según los autores, surgió porque, en treinta años de experiencia en su propia empresa, se dieron cuenta de que la innovación puede ser divertida y gratificante.

La obra surge con el propósito de dejar un legado de los autores, proporcionando material para que otras personas alcancen el máximo de sus potenciales creativos, independientemente del área en la que actúen.

¿Quiénes son Tom Kelley y David Kelley? 

El primer ratón de Apple, los instrumentos quirúrgicos de Medtronic, las estrategias de marca de The North Face. Todas estas innovaciones en diversas áreas fueron responsabilidad de IDEO, la empresa de consultoría de diseño e innovación cofundada por David Kelley en 1978. 

Desde la infancia, siendo el más creativo y poco convencional de los hermanos, David ha sido profesor de la Universidad de Stanford durante más de 25 años y cuenta con varios premios y honores, como la Medalla Misha Black a la Innovación y la pertenencia a la Academia Nacional de Ingeniería de los Estados Unidos.

Por otro lado, Tom Kelley siguió el camino más tradicional al principio de su carrera, hasta que hizo sus primeros trabajos de diseño y le cogió el gusto a “pensar fuera de la caja”.

Además, los libros The Art of Innovation y The Ten Faces of Innovation también son de su autoría, donde revela las estrategias y el trabajo entre bastidores de IDEO, donde es socio de su hermano. 

Allí ayudó a aumentar el equipo de 15 diseñadores a más de 600 empleados que trabajaban en desarrollo empresarial, marketing, recursos humanos y operaciones.

¿Por qué leer “Creative Confidence”?

¿Te has movido siempre por la innovación, como David, el hermano disruptivo? Entonces, en esta obra, te ayudará a alcanzar tu máximo potencial y a desarrollar la confianza en tus propias capacidades, para que tengas más oportunidades de seguir el camino que siempre has soñado.

Pero, si no te consideras una persona creativa y te identificas más con Tom, el hermano que empezó en trabajos a menudo considerados más “prácticos” o “realistas” antes de descubrir otra vocación innata, también puede ayudarte a despertar el lado imaginativo.

Sea cual sea tu especialización o línea de trabajo, desde la medicina a la contabilidad, desde las artes plásticas a la arquitectura, siempre hay espacio para irrumpir con el nuevo.

¿Cuáles son los puntos principales de “Creative Confidence”?

La confianza creativa es la creencia de que todos somos creativos;

Aun así, la experiencia de los autores indica que solo es posible aplicar esta capacidad teniendo el valor de dar el salto;

Los prototipos son una excelente manera de convencer al equipo a ejecutar un proyecto y optimizar los gastos;

Dejar de observar pasivamente y convertir los pensamientos en acción suele ser el primer paso para ser creativo.

Simplificando, el Design Thinking es la creación de nuevas ideas, posibilitada por algunas habilidades humanas naturales y, en contra de lo que mucha gente piensa, también entrenables.

Incluso Ken Robinson, nombrado Sir por los servicios prestados a la educación, dijo que esta formación “es tan importante en la educación como la alfabetización y debería tener el mismo estatus”.

Al contrario de lo que puedas estar pensando, no es nada que no hayas puesto en práctica al menos una vez en tu vida, sin mucho esfuerzo. Son cosas como la intuición, el reconocimiento de patrones y el desarrollo de ideas funcionales, con algún significado emocional.

Los autores señalan que el proceso pasa por cuatro etapas: inspiración, síntesis, idealización y experimentación, e implementación.

En primer lugar, hay que tener lo que el psicólogo Albert Bandura llama autoeficacia. Simplemente creer que eres capaz de promover el cambio puede afectar directamente a tus objetivos, acciones y percepciones, por razones neurológicas.

De acuerdo con el libro, un requisito previo para lograr la confianza creativa es creer que sus habilidades y competencias de innovación no son rígidas e inmutables.

Claro, en teoría puede parecer fácil, pero hay ataduras que dificultan la práctica. En sus estudios, la profesora e investigadora Brené Brown descubrió que un tercio de las personas entrevistadas recordaban una “cicatriz de creatividad”. 

En algún momento, alguien les dijo que no tenían talento para el arte y eso les dejó una marca que les inmoviliza hasta hoy.

Por eso es muy importante no compararse con nadie y no dejarse llevar por un incidente aislado. El libro trae los ejemplos de los Beatles George Harrison y Paul McCartney, que tuvieron el mismo profesor de música, y este no vio gran cosa en los chicos. Imagina todo lo que el mundo habría perdido si se hubieran rendido allí.

Para liberarse de la atadura del miedo a exponer las ideas, es necesario coraje, no hay otro camino. Lo que puede ayudar es ir poco a poco, como decía el ensayista György Konrád, “El coraje solo es la acumulación de pequeños pasos”.

Con el coraje, adopta otro punto de vista sobre la situación. Consigue la libertad necesaria disminuyendo las expectativas de los demás y las tuyas propias. ¿Quieres probar ideas “fuera de la caja”? Entonces, trátalo como un mero “experimento”. Deje claro que esto no puede ni debe significar una pérdida en tu carrera.

Además, sabe cómo lidiar con los errores. Reconocerlos es el primer paso. Así sabrás lo que no debes repetir y te librarás del sentimiento de culpa, a la vez que te mostrarás como una persona honesta y humilde.

Entonces, sepas que ocurren y que son necesarias. Todos los grandes genios de la creatividad han fracasado, la diferencia es que lo intentaron tantas veces, hasta que les salió bien, que hoy sólo se conocen sus éxitos. El fracaso al principio del proyecto, entonces, puede ser incluso más beneficioso, ya que elimina de la ecuación los valores erróneos desde el principio.

Por último, los autores aportan ocho estrategias desarrolladas a lo largo de los años para ayudarte a salir de la página en blanco:

Ve el mundo a través de los ojos de un turista;

Desarrolla la empatía con tu usuario final;

Haz preguntas que empiecen con "por qué";

Ve los retos desde una nueva perspectiva;

¿Cuál es la importancia del Producto Mínimo Viable?

El libro trata sobre la Ley de Boyle. No la conocida, de la química. Aquí se refiere a Dennis Boyle, uno de los fundadores de IDEO, que dice: “Nunca vayas a una reunión sin un prototipo”.

Tom Hulme, director de diseño de la empresa, va un paso más allá y dice que hay que “lanzar la idea al mundo antes de que esté lista”.

La forma de ejecutar esto es utilizando el Producto Mínimo Viable. Transmitiendo la idea imaginada, con la menor complejidad posible, se puede recoger insights sin correr el riesgo de desarrollar el proyecto, aumentando los gastos, solo para descubrir al final que nadie quiere el producto.

Las grandes empresas de hoy en día empiezan y siguen actuando así, siempre en versión beta. Por ejemplo, los ingenieros Ankit Gupta y Akshay Kothari, cuando se les propuso la creación de una empresa en solo diez semanas, pasaron a la acción en un café.

Con la versión más básica de su aplicación en un iPad sin pretensiones sobre la mesa, recogieron las opiniones de todos los que pasaban por allí, interesados. De ahí que Pulse News, una aplicación para iPad que ha tenido más de 20 millones de descargas.

Según los autores, es difícil ser el “mejor” de inmediato, entonces es más interesante comprometerse con mejoras rápidas y continuas.

Una buena forma de presentar tus ideas en las primeras fases del proceso de diseño es mediante dibujos. Pero, calma, no tiene que ser ningún Picasso o Van Gogh. Dan Roam, experto en el arte del pensamiento visual, afirma que, a efectos comunicativos, basta con saber dibujar las siguientes formas:

Recuerda que tus proyectos siempre deben equilibrar tres esferas: para el negocio, debe ser viable; para las personas, debe ser deseable; y al nivel técnico, debe ser factible.

Cuando pienses en desarrollar algo, presta atención a las palabras del escritor Mark Twain: “No es lo que no sabes lo que te mete en problemas, sino aquello que tú sabes con certeza, pero que no era tan verdadero”.

Por ejemplo, puedes estar seguro de que tu cliente, o el mundo empresarial, no estaría a favor de que se vendieran pares de calcetines de distintos colores. Pero la empresa LittleMissMatched hizo crecer sus ingresos de 5 millones de dólares a 25 millones de dólares en solo tres años con esta innovación. 

Mantén la mente abierta a lo que consideres “raro”, las observaciones cuidadosas y sin juicios precipitados pueden dar resultados inesperados.

¿Cómo hacer el entorno de trabajo más creativo?

¿Recuerdas al psicólogo Bandura, que acuñó el concepto de autoeficacia? Porque también nos enseña el “dominio guiado”, que asigna el aprendizaje principalmente a la práctica y al coaching. Así empezarás a implementar la confianza creativa en tu organización.

En busca de un funcionamiento perfecto de la práctica, cada uno de los principales colaboradores debe desarrollar esta capacidad, una persona a la vez. 

De hecho, los sectores son interdependientes. Un decreto de los niveles más altos puede no obtener el compromiso necesario, mientras que una iniciativa desarrollada en los sectores más bajos no puede salir adelante sin el apoyo del ejecutivo.

Como buenos comandantes de casos de éxito que son, en esta parte, los autores traen varias listas que ayudan, de alguna manera, a transformar su entorno corporativo.

Si tienes la responsabilidad de cuidar de un equipo de innovación, tienes que buscar que:

Reconozcan el valor de las relaciones en el trabajo;

Moldeen la experiencia de su equipo con antelación;

Si tu objetivo es más ambicioso y quieres ser un “líder multiplicador”, como lo fue Steve Jobs, tus deberes son:

Ser un "imán de talentos", atrayendo y reteniendo a las mejores y más creativas personas y ayudándoles a alcanzar su máximo potencial;

Encuentra un reto o una misión que motive a la gente a ampliar su mentalidad;

Estimular un diálogo vigoroso que permita que los diferentes puntos de vista se expresen y se tomen en consideración;

Permitir que los miembros del equipo se sientan dueños de los resultados e invertir en su éxito.

Ahora, independientemente del puesto que ocupas, cualquier miembro del equipo puede colaborar con el entorno teniendo las siguientes actitudes:

Valora la confianza y el compañerismo del equipo;

Aplaza las críticas (al menos por el momento).

Nuestra comunicación con tantas posibilidades ha permitido muchas evoluciones a la sociedad, a lo largo del tiempo. Conociendo el poder que tienen las palabras, ten mucho cuidado, ya que también pueden causar daño.

En sus emprendimientos, cuando no les gusta una idea, los autores procuran utilizar un cuestionamiento que estimule la continuidad del flujo de ideas, en lugar de interrumpirlas.

“¿Cómo podríamos mejorar esta idea?”, “¿Qué podríamos añadir para convertirla en una gran idea?” o “¿Qué otras ideas podrían ser generadas por esta idea?” son algunos ejemplos.

Invierte esfuerzos en perfeccionar y consolidar un vocabulario productivo en tu empresa. La pregunta mágica recomendada para buscar una solución es “¿Cómo podríamos...?”.

La primera palabra indica que existe una posibilidad, solo hay que descubrirla. El pronombre en primera persona del plural refuerza que todo el equipo es responsable y fortalece el sentido de colectividad. “Podríamos”, en este tiempo, rebaja las expectativas y deja espacio para soluciones más imaginativas.

Por supuesto, una de las cosas más estrechamente ligadas a la idea de entorno es el propio espacio físico. Representa el segundo mayor gasto para la mayoría de las empresas, sólo superado por la remuneración de sus trabajadores. Esto demuestra por sí solo la atención que merece la mejora en este aspecto.

Construye un espacio que mantenga a las personas juntas, pero no demasiado cerca. Permite la personalización y la flexibilidad de los equipos. No tengas miedo de los proyectos atrevidos, pero no pierdas el control, ten cuidado con el ruido. Como en cualquier punto, la diplomacia siempre puede colaborar.

En “Out of Our Minds”, Sir Ken Robinson, ya mencionado aquí, ratifica las ideas de que la creatividad ha sido uno de los puntos más solicitados profesionalmente, además de, por supuesto, expresar que todos somos creativos.

Para quien crea que ser creativo en el trabajo es algo restringido a las funciones artísticas, el libro “El Camino del Artista” es una buena forma de corregir este pensamiento. La escritora Julia Cameron, guionista, poetisa, autora de musicales y de más de 30 libros, simboliza perfectamente lo que se suele imaginar como una persona creativa. Nada mejor que aprender a serlo también de alguien como ella.

¿Qué puede representar mejor la creatividad que algo que inspira tanto a los niños como las películas de Pixar? En “Creatividad, S. A.”, Ed Catmull, uno de los fundadores de la empresa de animación, relata las experiencias aplicadas en el trabajo que le han llevado a la cumbre de su campo. 

¿Cómo puedo desarrollar mi creatividad con el libro “Creative Confidence”?

Establécese un objetivo de creatividad. Puede ser algo sencillo, como anotar en un cuaderno una idea que hayas tenido al día durante un mes;

Dirige las limitaciones de recursos hacia la creatividad en lugar de ser un obstáculo, ya que tu única opción es utilizar menos tiempo y dinero;

Dedica un día entero a sustituir el “no” por el “sí y…” o el “podría si…”;

Sustituye la presentación de PowerPoint en tu próxima reunión por una historia contada a partir de una sola imagen. Trae un prototipo, crea un vídeo simple que represente la idea o simplemente garabatea algo en la pizarra;

Utiliza los kits de herramientas distribuidos en Internet por IDEO, como el Human-Centered Design Toolkit y Design Thinking for Educators, y por d.school, como el Virtual Crash Course y el Bootcamp Bootleg.

Califica el resumen del libro “Creative Confidence”

Los autores afirman que una manera de pensar en los comienzos es considerar el desarrollo de tu confianza creativa como el primer reto creativo.

Entonces, ¿por qué no establecer un objetivo aún más fácil que pueda contribuir a tu capacidad de expresarte, a la vez que proporciona un objeto de mejora para los contenidos que consumes?

¿Qué fue lo más interesante en tu opinión? ¿Has obtenido algún insight a través de los consejos y las experiencias que se han relatado aquí? ¡Comenta sobre este resumen como un pre-desafío creativo!

Para ver los ejercicios propuestos por los autores en su totalidad, así como la descripción paso a paso de cómo se produjeron los casos de éxito que han supervisado, ¡haz clic en la imagen de abajo y compra el libro completo, en inglés!

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Descubre, con este resumen del libro Creative Confidence, qué hacer para liberar y creer más en toda tu creatividad natural, a través de una serie de casos de éxito presentados por los propietarios de una de las empresas más innovadoras del mundo.

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Creative Confidence - Tom Kelley y David Kelley

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