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Después de todo, ¿cuál sería la ventaja de vivir más tiempo, pero pasar los últimos años con fatiga, dolor, problemas, presiones y estrés? Si queremos vivir bien en el futuro, tenemos que empezar a prepararnos ahora. Y eso es exactamente lo que nos aporta el libro "La vida de 100 años".

¿Quién no ha oído decir que la calidad es mejor que la cantidad? Si estamos destinados a vivir más años, tenemos que buscar la manera de afrontar todo ese tiempo con calidad de vida y planificar nuestro sustento en esos años extra.

Lynda Gratton y Andrew Scott te ayudarán con este desafío que no es solo individual, sino político y organizativo. Si cada persona necesita estar preparada para tener calidad de vida en los años adicionales, los que las dirigen, como los gobernantes y los jefes, tienen que estar aún más preparados.

¿Quieres saber cómo es posible vivir 100 años? ¡Continúa leyendo este resumen!

El libro "La vida de 100 años", del original en inglés "The 100-Year Life", fue publicado en 2016 y escrito por Lynda Gratton y Andrew Scott.

Con información sobre el potencial de una vida de 100 años, la obra es una guía para prosperar en un mundo donde la gente está viviendo cada vez más tiempo. Los autores traen los desafíos y las opciones que las personas deben afrontar para que los años extra de vida no sean una carga.

Además, fue preseleccionado para el premio al libro de negocios del año del Financial Times y McKinsey.

Sobre los autores Lynda Gratton y Andrew Scott

En la London Business School, Lynda Gratton es profesora de prácticas de gestión y dirige un programa de recursos humanos considerado uno de los principales del mundo. Miembro del Foro Económico Mundial, se ha dedicado los últimos años a escribir sobre la relación entre las personas y las organizaciones.

Andrew Scott es profesor de economía en la London Business School y ha ocupado puestos en las universidades de Harvard y Oxford. Ganador de un premio a la excelencia docente, centra su investigación en las fuerzas a corto y largo plazo que afectan a los gobiernos y a las empresas.

Con la nueva realidad de una esperanza de vida cada vez mayor, el contenido del libro "La vida de 100 años" es aplicable principalmente a las siguientes personas:

Las personas nacidas en la década de 1990 y principios de 2000, que vivirán en este "nuevo mundo";

Los padres se preocupan por el mundo en el que vivirán sus hijos.

Además, también es para las personas y los líderes que quieren asegurar una calidad de vida para ellos y sus empleados en los muchos años de vida que pueden tener por delante.

Ideas principales del libro "La vida de 100 años"

El aumento de la esperanza de vida es un fenómeno observado en todo el mundo;

Envejecer con buena salud depende de factores como dónde y cómo se vive;

Aunque es importante, el dinero no lo es todo cuando se trata de vivir una larga vida;

Cuanto más viva una persona, es casi inevitable que tenga que trabajar más;

Se discute la magnitud del impacto de la tecnología en el futuro de las profesiones;

Los activos relevantes para una vida centenaria no son solo los financieros, sino también los inmateriales, como la familia, la salud, los amigos, las habilidades y los conocimientos;

Una vida centenaria trae la posibilidad de explorar diferentes escenarios;

Los tiempos y las relaciones se reestructurarán durante un día de 100 años.

"En el año 2107, ser centenario ya no será una rareza. Será la norma."

Sin embargo, esta mayor esperanza de vida solo será buena si la vida misma es buena. Y, para los autores Lynda Gratton y Andrew Scott, no se puede excluir la cuestión financiera de la ecuación.

Los que viven más tiempo, necesitan más dinero, lo que se traduce en trabajar o ahorrar más. Esta planificación financiera puede ser algo compleja porque depende de factores como:

La rapidez con la que crecen sus ingresos;

Cuál será el rendimiento de sus ahorros;

Cuál será el perfil de los ingresos a lo largo de la carrera;

El nivel de ingresos que necesita para ser feliz;

¿Cuánto tiempo hay que trabajar y cuánto hay que ahorrar?

Para calcular esto, tienes que saber qué ingresos de jubilación quieres tener, cuál es el rendimiento de tus ahorros, a qué velocidad crecen tus ingresos y a qué edad quieres jubilarte.

Para ejemplificar esto, el libro "La vida de 100 años" utiliza los siguientes supuestos: el objetivo es tener una jubilación anual equivalente al 50% del salario final, la tasa de rendimiento del ahorro es del 3% por encima de la inflación, el crecimiento de los ingresos es del 4% anual por encima de la inflación y la edad deseada para jubilarse es de 65 años.

Para aplicar el cálculo, los autores citan a la ficticia Jane, nacida en 1998, que tiene una esperanza de vida de 100 años. Para obtener una jubilación equivalente al 50% de su último salario, tendrá que ahorrar el 25% de sus ingresos cada año en un plan de pensiones privado.

Mientras lo cumpla, se calcula que tendrá que trabajar durante 44 años y que el 40% de su jubilación procederá de un plan privado y el 10% de la seguridad social.

Es importante mencionar que este ahorro del 25% de los ingresos se refiere solo a la jubilación, si contamos los gastos de la hipoteca, la universidad y otros gastos que una persona tiene a lo largo de su vida, este ahorro será aún mayor.

Y si la jubilación procede únicamente del plan privado, la tasa de ahorro anual que una persona debería realizar solamente para la jubilación aumentará al 31% de los ingresos.

Para evitar tanta restricción, la medida es trabajar más tiempo y repartir los ahorros, como indican Lynda Gratton y Andrew Scott. Por ejemplo, Jane puede aceptar una pensión equivalente al 30% de su salario final y jubilarse a los 70 años si logra una tasa del 10% sobre sus ahorros durante los años de trabajo.

En cambio, si quiere ganar una pensión correspondiente al 50% de su salario final y tiene esta tasa del 10% sobre sus ahorros, tendrá que trabajar hasta los 80 años.

Si, por un lado, trabajar más tiempo puede combatir la falta de estímulos y amistades que implica una jubilación, esto trae sus desafíos en términos de salud y relaciones, según el libro "La vida de 100 años".

Estos son otros retos a los que se enfrentará un ciudadano cuando trabaje durante más años. Aunque no es práctico hacer predicciones concretas sobre el panorama profesional dentro de muchos años, es posible trazar un pronóstico basado en lo que se ha aprendido del pasado y en el curso de las fuerzas actuales.

El aumento de la esperanza de vida traerá consigo cambios en el mercado laboral. Para los autores Lynda Gratton y Andrew Scott, un mayor número de personas mayores generará demandas que se traducirán en un aumento de la investigación médica centrada en la longevidad y en la dirección del sector de servicios hacia áreas como la salud.

La obra "La vida de 100 años" también menciona las preocupaciones medioambientales y de sostenibilidad relacionadas con el agua, la energía y el suministro de alimentos. Todo esto se reflejará en los precios, los recursos, el tamaño de los sectores y la economía en el futuro.

Esto también representa cambios en la valoración y la aparición de nuevos sectores, empresas y tecnologías. Los cambios sectoriales requerirán que las personas sean flexibles en cuanto a sus habilidades y ubicación.

Se estima que también cambiará el tipo de empresas para las que se trabaja: algunos prevén que, con la tecnología, las grandes firmas sucumbirán ante las pequeñas y ágiles empresas emergentes.

Con tanta innovación tecnológica en el ámbito de la robótica y la inteligencia artificial (IA), es normal que los ciudadanos que saben que tendrán que trabajar más años tengan miedo.

Para el emprendedor de Silicon Valley, Martin Ford, las actividades laboriosas en áreas tradicionales como el comercio minorista y la preparación de bienes se verán afectadas y se generarán nuevos negocios e industrias que no contratan tanto.

Sin embargo, Lynda Gratton y Andrew Scott reflexionan sobre el hecho de que si la tecnología funciona como sustituto de los trabajos de calificación media, es un complemento para los trabajadores cualificados, aumentando su cualificación y sus ingresos.

"Desde una perspectiva tecnológica, la verdadera cuestión sobre el futuro del trabajo tiene que ver con los límites de sustitución de la IA y la robótica. En el momento que se escribe, existe un acuerdo general de que ciertas habilidades y capacidades son exclusivas de los humanos y (todavía) no pueden ser replicadas o sustituidas por la IA o la robótica."

Dos de estas habilidades humanas únicas son:

Resolución de problemas complejos que se basan en la especialización, el razonamiento inductivo o la capacidad de comunicación;

Capacidades que involucran interacciones interpersonales y adaptabilidad a situaciones.

Por otro lado, de acuerdo con el libro "La vida de 100 años", algunos expertos en tecnología sostienen que la ventaja de los humanos sobre las máquinas será efímera.

Los autores Lynda Gratton y Andrew Scott defienden que, en lugar de preocuparnos por si la tecnología nos robará el trabajo, deberíamos alegrarnos de que llegue a tiempo para reforzar una población trabajadora debilitada y mantener la productividad y el nivel de vida.

También nos tranquilizan recordando que, aunque la tecnología avanza rápidamente, su implementación lleva tiempo, debido a obstáculos regulatorios y legales, por ejemplo.

Si la predicción es que la tecnología ocupará el lugar de los puestos de trabajo y creará desempleo, históricamente las cosas han sido más complejas.

Las máquinas sustituyeron a los trabajadores de las fábricas, pero también crearon nuevos puestos de trabajo: se necesitaban personas para mantenerlas y hacerlas funcionar, generando los llamados servicios complementarios.

Algunas personas van en contra de este argumento y sostienen que no ocurrirá lo mismo en el futuro y que la cantidad de empleos complementarios creados será relativamente pequeña.

Lynda Gratton y Andrew Scott responden que la productividad mejorada por la tecnología reducirá los precios, la demanda crecerá y esta mayor demanda requerirá la contratación de más personas.

Además, afirman en "La vida de 100 años" que la innovación tecnológica en el desarrollo de nuevos productos y servicios estimulará nuevos puestos de trabajo.

La importancia de los bienes inmateriales

Los bienes son una parte crucial de una vida de 100 años, ya que son cosas que generan beneficios durante mucho tiempo. Esto no solo incluye las finanzas, sino también los llamados bienes inmateriales como la familia, la salud, los amigos, las habilidades y los conocimientos.

Las tres categorías de bienes inmateriales

Productivos: ayudan a que alguien sea productivo y tenga éxito en el trabajo, aumentando sus ingresos. Ejemplos: habilidades y conocimientos;

Vitalidad: se relaciona con el bienestar y la salud física y mental. Ejemplos: amigos, relaciones familiares y profesionales positivas, salud y forma física;

Transformación: importan porque en una vida de 100 años se producen grandes cambios y transiciones. Ejemplos: autoconocimiento, capacidad de acercarse a diversas redes y apertura a nuevas experiencias.

La vida de 100 años te da la oportunidad de crear una vida con sentido y propósito, así como de experimentar nuevas etapas que no podías cuando vivías menos.

Cuantitativamente, una vida de 100 años tiene 262 mil horas más que una vida de 70 años. Cualitativamente, las diferencias dependen de la forma en que la gente elige pasar su tiempo libre.

Los autores Lynda Gratton y Andrew Scott creen que se producirá una reestructuración en el tiempo debido a la interacción entre la longevidad, la necesidad de invertir en bienes intangibles y la tendencia a la reducción de la jornada laboral.

También prevén que haya un cambio en la forma de emplear el tiempo, sobre todo el tiempo libre, ya que una vida de 100 años pone énfasis en los bienes inmateriales.

"Un fin de semana de tres días sin duda crearía el tiempo y el espacio para una mayor inversión en cada uno de estos inmateriales. A medida que las personas viven más y necesitan hacer más inversiones en sus intangibles, esperamos ver un cambio en la forma en que se utiliza el tiempo libre."

Son un bien inmaterial que también puede sufrir cambios en 100 años. En cuanto a la familia, uno de los cambios generados por la longevidad es que las personas pasan una menor proporción de su vida cuidando de los hijos. Sin embargo, algo biológico que no cambia son los años en los que una mujer puede concebir un hijo.

Las familias se formarán más tarde y serán más pequeñas, en parte por cuestiones económicas y también porque las mujeres querrán explorar y descubrir otras opciones antes de la maternidad.

El libro "La vida de 100 años" también analiza que la progresiva reducción de las diferencias salariales entre hombres y mujeres hará tambalear la tradicional separación por género de las actividades realizadas en el hogar. Habrá un cambio en las relaciones, que ya no se basarán en el contrato tradicional, sino en lo que la pareja aporte.

Con la ampliación de la duración de la vida sana y al dedicar una menor proporción de la vida al cuidado de los hijos, se espera que el núcleo familiar pierda protagonismo y los amigos ganen espacio, como afirman Lynda Gratton y Andrew Scott.

Otra expectativa es que una vida formada por diferentes generaciones dé lugar a amistades que vayan más allá de los grupos de edad, lo que repercutirá positivamente en la separación social entre jóvenes y mayores que vemos hoy.

Para Tom Chatfield, existe una estrecha relación entre los humanos y la tecnología. En el libro "How to Thrive in the Digital Age", él enfatiza que, a lo largo de los avances, los seres humanos han moldeado nuevas herramientas tecnológicas y estas, a su vez, han moldeado nuestro comportamiento.

Paula Marques y Ricardo Cayolla, en "La Era de los Superhumanos", afirman que el futuro será de aquellos que aprenden más habilidades y saben cómo estar de acuerdo con la creatividad. Sin embargo, refuerzan que lo más importante es "cómo aprender", porque debemos desarrollar la capacidad de aprender.

Por último, en la obra "Disrupt You!", Jay Samit separa un capítulo para hablar del impacto de la disrupción en la Era de la Colectividad. La colaboración colectiva puede desencadenar un nuevo poder disruptivo. Sumar talento, capital e iniciativas es una acción poderosa que, si se utiliza con sabiduría, puede resolver los problemas a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad.

Cierto, pero ¿cómo puedo aplicar esto en mi vida?

Ahora que hemos aprendido algunas estrategias sobre cómo mejorar la calidad de vida a medida que los años vividos también aumentan, ¿qué tal si vemos cómo se puede poner en práctica?

No bases tu jubilación únicamente en las ayudas del gobierno;

Prepárate para afrontar los cambios en tu área de trabajo a lo largo de los años;

Piensa en las profesiones en las que el ser humano tiene ventajas absolutas y comparativas sobre la tecnología y recurre a ellas;

Conviértete en un profesional especializado;

Valora no solo los bienes materiales sino también los inmateriales que son tan importantes para una vida larga;

Optimiza el tiempo para poder aprovechar los bienes inmateriales que posees;

Date la oportunidad de hacer amigos con personas mayores.

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La vida de 100 años - Lynda Gratton, Andrew Scott

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