
El cumplimiento de la ley, a través de ciertas actitudes, casi siempre aumenta el poder de una persona, mientras que la falta de respeto solo lo disminuye, llevándote a la ruina. Esta es la premisa del libro "Las 48 Leyes del Poder", escrito por Robert Greene.
Las infracciones y la obediencia están registradas en la historia. Considera esta obra como una especie de manual de las artes del disimulo. Las leyes se basan en los escritos de hombres y mujeres que han estudiado y dominado el juego del poder.
Según el autor,
"El poder requiere la habilidad de jugar con las apariencias. Para ello, deberá aprender a ponerse muchas máscaras y a llevar una bolsa llena de trucos y artimañas. El engaño y la simulación no deben considerarse algo sucio o inmoral. Toda interacción humana exige cierta cuota de engaño en distintos niveles."
¿Quieres saber más? ¡Así que sigue leyendo este resumen y consigue el poder que siempre has soñado!
Publicado por primera vez en 1998 con el título original en inglés “The 48 Laws of Power”, el libro “Las 48 Leyes del Poder” aporta una completa colección de leyes basadas en el análisis de más de 3000 años de uso del poder por parte de la humanidad.
En sus más de 400 páginas, se explica cada ley, presentando la interpretación del autor Robert Greene, ejemplos de dónde y cuándo se observó y las consecuencias de su transgresión.
Desde su lanzamiento, la obra ha vendido más de un millón de ejemplares y se ha traducido a 24 idiomas.
Robert Greene es autor y orador conocido por sus contenidos sobre estrategia, seducción y poder. Nacido en Los Ángeles, donde reside actualmente, se graduó en Estudios Clásicos en la Universidad de California, fue editor de Esquire, entre otras revistas, es dramaturgo y ha trabajado como guionista en Hollywood.
En 1995, participó en la creación de la escuela de arte Fábrica en Venecia, Italia. Además, ha escrito otros bestsellers, como “Maestría”, “El arte de la seducción”, “Las 33 estrategias de la guerra” y “La Ley 50”.
El libro “Las 48 Leyes del Poder” será fascinante para los lectores interesados en alcanzar el poder, independientemente de los métodos utilizados para lograrlo.
Sin embargo, no te preocupes, Robert Greene también te ayudará a identificar y defenderte de estas leyes.
Si quieres conquistar el poder, con el fin justificando los medios, ¡esta obra puede ser tu guía!
Una famosa cita de Nicolás Maquiavelo representa muy bien las ideas que comparte Robert Greene:
"... pues un hombre que en todas partes quiera hacer profesión de bueno es inevitable que se pierda entre tantos que no lo son. Por lo cual es necesario que todo príncipe que quiera mantenerse aprenda a no ser bueno, y a practicarlo o no de acuerdo con la necesidad."
Si estás preparado para las 48 leyes del poder, ¡sigue leyendo este resumen!
Haz que los que están por encima de ti se sientan cómodamente superiores. No hagas nada que les haga sentirse inseguros. Para ganar poder, tienes que hacer que parezcan mejores y más brillantes de lo que realmente son.
Para Robert Greene, las posibilidades de que tus amigos te traicionen son mayores. Tienen una desafortunada tendencia a esperar demasiado de ti debido a tu amistad y se convierten en perturbaciones exigentes.
En lugar de contratar amigos, deberías contratar enemigos. El enemigo al que perdonas siempre sentirá que tiene que demostrar su lealtad. Si no tienes enemigos, ponte a trabajar y haz algunos buenos.
Como se explica en el libro “Las 48 Leyes del Poder”, si la gente no sabe qué objetivo persigues, no puede defenderse de ti.
Mantén tus intenciones en secreto. Para tener poder, hay que ser capaz de dejar a la gente perdida y desinformada.
Los poderosos rara vez hablan. Cuanto más hablas, más común te vuelves. Al convertirte en común, menos impresionante pareces. Habla con moderación.
Es importante que seas vago y hables lo menos posible. Los que hablan poco parecen más poderosos e intimidan a la gente con su discreción.
Tu reputación es la base de tu poder. Cuanto más reconocido y respetado sea, más poderoso eres, pero una vez deteriorada se vuelve inútil. El mero hecho de tener una buena reputación ya te ayuda a ganar.
Ahora, si quieres destruir a tus enemigos, ataca su reputación. Una vez realizado el ataque, el autor Robert Greene aconseja retirarte y dejar que el público termine de desmoralizar a tus oponentes.
La gente es juzgada por su apariencia y si quieres tener poder, atrae siempre la atención de la gente y nunca permanezcas invisible entre la multitud. Sé misterioso, pero destaca entre la masa.
Según la explicación que da el autor Robert Greene en su libro “Las 48 Leyes del Poder”, si quieres ser poderoso, tienes que atribuirte el mérito del trabajo de las personas que trabajan para ti y, siempre que sea posible, apropiarte de los méritos de las actividades que realizan.
Al hacerlo, parecerás un milagro de velocidad y competencia, y nadie se acordará de los que hicieron posible tu éxito. Nunca hagas por ti lo que otros pueden hacer por ti.
Al obligar a los demás a actuar, mantienes el control. Siempre es mejor hacer que tu oponente venga a ti, de esa manera abandonan sus propios planes en el proceso. Ofrece promesas de grandes ganancias, y cuando los atraigas, ataca.
Robert Greene explica que las discusiones crean resentimiento en la persona de la otra parte, lo que perjudica la capacidad de influencia. Para ganar, tienes que realizar acciones que demuestren lo que quieres. Demuestra que tienes razón con acciones, no con palabras.
Como se enfatiza en la obra “Las 48 Leyes del Poder”, estar rodeado de gente infeliz y sin suerte agota tu capacidad mental y emocional, haciendo que fracases por contaminación. Evítalos y acércate solo a los ganadores.
Cuando la gente depende de ti, tú tienes el control. Nunca les enseñes lo que necesitan para pensar que pueden competir contigo. Guarda algunos secretos que aseguren tu poder.
Sé sincero y generoso al principio, así la gente se relajará y empezará a confiar en ti, garantiza el autor Robert Greene.
Esto les hará vulnerables y tu poder crecerá. Gánate la confianza de la persona antes de engañarla. Da regalos, como hicieron los griegos con el Caballo de Troya.
Cuando la gente es altruista, uno se endeuda. Normalmente, la gente no querrá ayudarte de forma gratuita. Para obtener ayuda, demuestra lo que la otra persona obtendrá de eso. Así no te expones y consigues tu objetivo.
Acércate a las personas y hazles preguntas indirectas con segundas intenciones. Aprovecha cada oportunidad que tengas para obtener más información. Engaña a la gente para parecer un amigo, gánate su confianza y aprende todo lo que puedas.
Todos los grandes líderes saben que hay que aniquilar totalmente a un enemigo temible. A veces lo aprenden por el camino difícil.
Como aconseja el autor Robert Greene en “Las 48 Leyes del Poder”, destrúyelo de forma que no pueda recuperarse. Acaba con su mente y su espíritu y nunca muestres misericordia.
Cuanto más presente estés, menos valioso serás. Aléjate de tu grupo y deja que la gente note que estás lejos. Esto aumenta tu valor al generar escasez de tu presencia. Las cosas escasas son valiosas.
Ser predecible no te da poder, al contrario, simplemente te quita. En cambio, compórtate de forma imprevisible e inconsistente, pues así la gente dejará de intentar leer tus movimientos. Cuanto más imprevisible seas, más intimidada y aterrorizada estará la gente ante tu próximo movimiento.
El mundo es un lugar peligroso y los enemigos aparecen de todas partes. Aunque una fortaleza pueda parecer segura, te pone en mayor peligro porque te aísla de la información importante.
Debes permanecer entre la gente, encontrar aliados, mezclarte. En la multitud estás protegido de tus enemigos.
El autor Robert Greene explica que una persona puede pasar años alimentando rencores hasta que tiene la oportunidad de vengarse. Por lo tanto, nunca dejes que tus ofensas se malinterpreten y lleguen a un objetivo no planificado.
Es una tontería tomar partido en una discusión. Tu preocupación debe ser hacer que las personas se enfrenten entre sí y lograr que te sigan. Ten en cuenta que tu único compromiso es contigo mismo. Evita los aliados inseparables.
A nadie le gusta sentirse estúpido cerca de otras personas. Entonces, de acuerdo con el libro “Las 48 Leyes del Poder”, el truco es hacer que tus víctimas parezcan inteligentes, específicamente, más inteligentes que tú. Así, nunca pensarán que tienes otras intenciones.
Si eres más débil que tu oponente, abandona la lucha. No le des a tu oponente la satisfacción de derrotarte. Ríndete y negocia las condiciones para retener todo el poder posible. Espera un paso en falso de tu oponente y ataca sin despertar sospechas.
Elige un punto y concentra todas tus fuerzas en él. No ataques varias cosas al mismo tiempo. La intensidad siempre triunfa sobre la dispersión.
El autor Robert Greene informa que el adulador se siente a gusto en un mundo en el que todo gira en torno al poder y la habilidad política. Es muy apreciado y puede añadir poder sin esfuerzo. Si quieres controlar incluso al rey, sé el cortesano perfecto.
Recréate a ti mismo, forjando una nueva identidad, una que atraiga la atención y que nunca aburra al público. Utiliza el teatro en tus acciones y discursos. Esto crea un personaje interesante y querido por la gente.
Utiliza a alguien para que haga el trabajo sucio por ti. Si las cosas se ponen difíciles, busca a alguien que asuma la culpa. Los chivos expiatorios son muy útiles.
La gente tiene la necesidad de creer en algo. Aprovecha esto y ofréceles algo en lo que confiar, alguien a quien seguir.
Haz que tus discípulos se sacrifiquen por ti y refuerza tu posición.
El consejo del libro “Las 48 Leyes del Poder” es: si tienes dudas sobre una determinada actitud, no la hagas. Tu inseguridad y tus dudas limitarán tu eficacia. Actúa con fe y atrae la atención. Todo el mundo admira a los valientes y a los audaces; nadie honra a los temerosos.
No dejes ningún cabo suelto. Planifica cada paso sin depender de la suerte. Muchos han perdido el fruto de sus conspiraciones por no sacar bien la conclusión. Como resultado, otra persona obtuvo el crédito, el dinero o el poder.
Los resultados deben parecer naturales y fáciles. Nunca muestres que has tenido que trabajar duro para conseguir cosas, y aparenta que puedes hacer aún más. Sin embargo, no muestres a nadie cómo lo has hecho o tus estrategias serán utilizadas en tu contra.
El autor Robert Greene aconseja: dale a la gente opciones, pero asegúrate de que siempre elija lo mejor para ti. Haz que tus víctimas sientan que tienen el control, pero en realidad son tus marionetas.
Según el libro “Las 48 Leyes del Poder”, hay que evitar la verdad porque es fea y desagradable. Nunca apeles a la verdad y a la realidad si no estás preparado para la furia que provocará la decepción. La gente quiere romantizar su vida, y si puedes engañarlos en esta dirección, serás recompensado con poder.
Todo el mundo tiene puntos débiles y tu deber es saber cómo explotarlos. Pueden ser vulnerabilidades, inseguridades o necesidades. Una vez identificados, puedes utilizarlos en tu beneficio.
Compórtate como un rey, porque parecer un plebeyo solo hará que te ignoren. Respétate y valórate a ti mismo. La gente te verá como te ves a ti mismo.
Saber el momento adecuado para actuar lo es todo. La paciencia es parte de la confianza. Nunca parezcas apresurado o preocupado. Actúa como si todo fuera bien y te favoreciera.
Si hay algo que quieres y no puedes tener, muestra desprecio por ello, finge que no tiene valor.
Cuanto menos interés muestres, más clara será tu superioridad. Ten en cuenta que cuanto más atención prestes a tu enemigo, más poderoso lo harás.
No escondas tu luz. Utiliza símbolos, grandes gestos, palabras y una puesta en escena dramática para destacar y llamar la atención.
No muestres a la gente que vas en contra del statu quo. Si pareces ir demasiado a contracorriente, la gente desconfiará de ti y te despreciará. Es más seguro mezclarse con la multitud y abrazar el sentido común. Guarda tu originalidad para ti y para las personas más cercanas que te admiran, recomienda Robert Greene.
Nunca te enfades. Nunca des espacio a las emociones fuertes. En cambio, irrita a tu enemigo manteniendo la calma y tomando el control. Cuando pierda los nervios, ataca de forma asertiva.
Si algo es gratuito, desconfía. Normalmente viene con un favor que se cobrará en el futuro. Asume tus propios costes, lleva tu propio peso. No debas a nadie. No dependas de la generosidad de los demás; haz que los demás dependan de ti.
Si tus zapatos son demasiado grandes, tropezarás y quedarás como un tonto. Si la persona anterior en el cargo era admirable, trabajarás a su sombra. Da tus propios pasos, toma otra dirección.
Para eliminar la acción de un rebaño, hay que neutralizar la influencia del líder. Como se enfatiza en la obra “Las 48 Leyes del Poder”, si consigues llegar al origen del problema, el rebaño se dispersará y serás libre de tomar el control.
No obligues a la gente a hacer tu voluntad, porque se rebelarán y se vengarán. Ganatelos con mentiras, halagos y engaños. Que piensen que siguen su propia voluntad. Entonces te servirán con amor y buscarán servirte más y más.
El espejo refleja la realidad, pero también es la causa de las ilusiones. Imita a tus enemigos. Oblígalos a verse a sí mismos y no te verán a ti. Confundidos, serán fácilmente derrotados.
A la gente le encanta hablar del cambio, pero odia cambiar. Si llegas al poder, no hagas grandes cambios de inmediato. Habla de las reformas, ten paciencia y cambia solo las cosas pequeñas.
El autor Robert Greene señala en su libro “Las 48 Leyes del Poder” que parecer mejor que los demás es peligroso, y dar la impresión de ser perfecto lo es aún más. Por envidia, la gente intenta destruir a los perfectos. Admite cualquier falta, incluso una pequeña que pueda parecer una virtud.
La victoria es el momento más peligroso de todos. Cuando ganes, no dejes que el éxito se te suba a la cabeza. No vayas más allá del plan. Solamente se puede avanzar cuando se elabora un nuevo plan.
Cuando no tienes una forma definida, la gente no puede apuntar al ataque. Sé fluido como el agua. Adáptate a las circunstancias. Nunca apuestes por la estabilidad y el orden duradero, sino por el caos.
Sun Tzu, en la obra “El arte de la guerra”, destaca la importancia de la información, así como la relevancia de disponer de estos conocimientos con anticipación, promoviendo una ventaja competitiva.
En “El Príncipe”, Maquiavelo dice que el príncipe debe perseguir sus objetivos a cualquier precio, sin importar lo que se haga. Para conseguirlo, debe utilizar todos los artificios a su alcance. Y así surgió el pensamiento que originó la famosa frase: “el fin justifica los medios”.
Por otro lado, tenemos la obra “Dar y Recibir”, del autor Adam Grant, que presenta tres tipos de personas: el “donante”, el “tomador” y el “compensador”, la manera en que actúan, sus deseos o necesidades.
Las leyes vistas en este resumen pueden utilizarse de muchas maneras. Al principio puedes sentir que algunas de las leyes no tienen relación con tu vida, pero con el tiempo descubrirás que todas tienen aplicaciones y que, de hecho, están interrelacionadas.
Ahora que tienes una mejor visión del tema, puedes evaluar mejor tus propias acciones en el pasado y lograr un mayor grado de control sobre tus problemas inmediatos.
Por último, para Robert Greene:
"El poder es, en esencia, amoral. Una de las habilidades más importantes que deberá adquirir es la capacidad de aprender a ver las circunstancias, en lugar de, simplemente, el bien o el mal. El poder es un juego, y en un juego usted no juzga a sus contrincantes por sus intenciones, sino por el efecto de sus acciones."
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