El ejecutivo eficaz - Peter F. Drucker

El ejecutivo eficaz - Peter F. Drucker

Aprende la importancia de la eficiencia de una empresa y los cinco hábitos necesarios a ejecutivo más eficiente.

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Conocido como el "padre de la administración moderna", el autor Peter F. Drucker es responsable de hacer predicciones exactas de tendencias notables, como la descentralización, la privatización y el desarrollo de la sociedad de la información.

Por eso, este resumen del libro "El ejecutivo eficaz" se considera imprescindible para los ejecutivos, desde los principiantes hasta los que ya se consideran claramente eficaces.

¿Quieres saber más sobre las ideas de Drucker? ¡Continúa leyendo!

Sobre la obra "El ejecutivo eficaz"

El libro "El ejecutivo eficaz", del original en inglés "The Effective Executive", es un libro de Peter Drucker, publicado en 1966.

En la obra, el autor explica los detalles de lo que deben hacer los ejecutivos y cómo pueden conceptualizar su trabajo, además de dar consejos sobre cómo tener una visión productiva de lo que se hace.

Sobre el autor Peter F. Drucker

Como autor e intelectual, Peter F. Drucker fue un verdadero maestro de los negocios, así como un consultor empresarial y profesor. Además, sus ideas tienen un enorme impacto en la formación de las empresas modernas.

Sus treinta y nueve libros, como el bestseller "Innovation and Entrepreneurship", y numerosos artículos analizan cómo se organizan los seres humanos en las empresas, los gobiernos y las entidades sin ánimo de lucro.

¿Este libro es recomendado para quién?

Nadie escribe con más inteligencia y paciencia sobre la gestión y sus funciones que Peter Drucker. En el libro "El ejecutivo eficaz", enseña al lector a pensar de forma productiva en lo que hace.

Por lo tanto, se recomienda a todos los ejecutivos. Incluso aquellos que ya se consideran eficaces pueden beneficiarse de su lectura, que resulta muy informativa y esclarecedora.

Ideas principales del libro "El ejecutivo eficaz"

  • La posición de un ejecutivo conspira contra su eficacia;
  • Puedes enseñarte a ti mismo a ser un ejecutivo eficaz;
  • Los ejecutivos eficaces priorizan, planifican, asumen responsabilidades, comunican, buscan oportunidades y contribuyen a sus empresas;
  • La sociedad depende de organizaciones eficaces, que a su vez dependen de líderes eficaces.

¡Entendamos lo que significa cada una de estas ideas y apliquémoslas en nuestra vida diaria con las enseñanzas de Peter Drucker!

Puedes enseñarte a ti mismo a ser eficaz

Gestionar la propia eficacia implica adoptar algunas prácticas específicas y cinco hábitos cruciales. Para ser más productivo, el libro "El ejecutivo eficaz" indica estas ocho prácticas:

  1. Céntrate en lo que necesitas: a menudo eso puede ser diferente de lo que quieres hacer en ese momento. Acepta solo una o dos tareas a la vez, las demás puedes delegarlas;
  2. Asegúrate de que tus acciones aportarán beneficios a la empresa: ¿estás haciendo lo mejor para tu organización? Lo más importante es la empresa, no los propietarios, el valor de mercado, los empleados o los ejecutivos;
  3. Crea un plan de acción: los conocimientos, la sabiduría y la experiencia no sirven de nada si no se actúa. Por otro lado, actuar sin un plan es contraproducente. Hay que estar preparado para cambiar si las circunstancias lo exigen y revisar el plan con frecuencia para asegurarte de que funciona;
  4. Asume la responsabilidad de tus acciones: asegúrate de que tus empleados conocen el plan de acción y todas sus particularidades, incluidos los plazos. Determina quién hará qué, a quién afecta y quién debe ser informado y actualizado sobre el plan;
  5. Comunica tu plan: esto incluye a los subordinados y a los superiores;
  6. Busca oportunidades: ve el cambio como algo que hay que aprovechar, no como una amenaza. Nunca permitas que los problemas se interpongan en el camino de las oportunidades;
  7. Conduce reuniones productivas: reuniones pueden ser muy útiles o una gran pérdida de tiempo. Tener reuniones productivas requiere disciplina. Por lo tanto, termina con ellas tan pronto como cumplas tus objetivos;
  8. Orienta tu pensamiento hacia el "nosotros", no hacia el "yo": lo que es importante para ti no es realmente relevante. Lo más importante es lo que es valioso para tu organización.

Según Peter Drucker, los ejecutivos pueden ser brillantes, imaginativos e informados, y aun así ser ineficientes. Los ejecutivos eficaces son sistemáticos. Trabajan mucho en las áreas adecuadas y sus resultados les definen. Son profesionales del conocimiento que ayudan a la empresa a superar sus objetivos.

Así, los mejores líderes ven más allá de las meras tareas administrativas y tratan de buscar tendencias importantes que puedan afectar a sus organizaciones. Para ello, tienen que superar situaciones limitantes que se derivan de factores como:

Restricciones de tiempo

El tiempo de un ejecutivo no es suyo, sino que pertenece a todos los miembros de la organización. Además, cuando las personas internas o externas a la empresa necesitan interactuar con uno, se sienten libres de interrumpir. Estas constantes interrupciones de la concentración disminuyen la productividad.

Las divisiones de las compañías

Cada grupo tiene objetivos y agendas separadas, pero sus ejecutivos a menudo necesitan combinar sus esfuerzos. Por desgracia, muchos de ellos no tienen control sobre los expertos de todas las áreas y pueden no recibir apoyo cuando lo necesitan, indica el autor Peter Drucker.

Insularidad

Los líderes trabajan profundamente en sus organizaciones. En consecuencia, no tienen mucho contacto con personas externas, como consumidores, analistas de mercado y proveedores.

Sin embargo, estas conexiones son importantes porque la organización no puede sobrevivir sin resultados externos favorables, como un aumento de las ventas, buenas relaciones públicas y un fuerte apoyo de la distribución. Además, para cualquier empresa, la realidad externa controla casi todo el valor.

Lamentablemente, a medida que avanzan en las empresas, muchos ejecutivos pierden el contacto con este crucial contexto externo.

Como se explica en la obra "El ejecutivo eficaz", la eficacia tiende a disminuir al centrarse más en los datos generados por ordenador sobre las operaciones que en la realidad del mercado.

Primer hábito: Conoce tu tiempo

Para gestionar bien el tiempo, Peter Drucker propone tres pasos:

1 - Marcar el tiempo

Si no cuidas tu tiempo, no sabrás cómo invertirlo. Por lo tanto, anota el tiempo que lleva cada tarea. A continuación, utiliza este registro como guía para delegar determinadas tareas y actividades.

Añade estos elementos a los informes que te dan tus subordinados, pero pregunta siempre si no es una pérdida de tiempo. Si es así, haz algunos cambios. Cuanto más eficaz sea tu equipo, más eficaz serás tú.

2 - Gestionar el tiempo

¿Tienes un buen sistema para proteger tu tiempo? Si habitualmente experimentas una escasez de tiempo, como las prisas por realizar un inventario anual, entonces necesitas uno, como se enfatiza en el libro "El ejecutivo eficaz".

Planifica mejor los eventos recurrentes para ahorrar tiempo. A veces, tener demasiadas personas involucradas puede ser una pérdida de tiempo, ya que los empleados se quedan interactuando en lugar de realizar las actividades. Reduce el número de reuniones al máximo, hablando solo lo necesario.

3 - Consolidar el tiempo

Si eres un alto directivo, probablemente solo tengas control sobre el 25% de tu tiempo, o quizás menos. Así que determina cuánto tiempo libre tienes, para poder emplearlo bien, y luego consolida la información.

Reserva ese tiempo para ser productivo. No dejes que nada se interponga en tu camino, y esto requiere una gran disciplina. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que no se consiguen resultados sostenibles en poco tiempo.

Segundo hábito: ¿Cómo puedo contribuir?

Según el libro "El ejecutivo eficaz", un director de ventas eficaz no es alguien que dirige el departamento de ventas, sino alguien que hace que la empresa venda más productos.

Un contable eficaz no solamente hace un balance de los registros de la empresa, sino que también proporciona la información financiera que la empresa necesita para garantizar la rentabilidad de la operación.

Para el autor Peter Drucker, debes centrarte menos en tus esfuerzos individuales y más en las contribuciones reales que puedes hacer para la empresa. No los definas de forma superficial, sino que incluye los resultados directos, como el aumento de las ventas o la reducción de los costes, y las actividades que desarrollan la organización, como la capacitación.

Pregunta a otros colaboradores: "¿Cómo puedo contribuir para que seas más productivo?" Y luego actúa para concretizarlo.

Tercer hábito: La fuerza productiva

El ejecutivo eficaz siempre actúa aprovechando sus puntos fuertes, lo que empieza por reunir a su equipo.

Durante la Guerra de Secesión, algunos asesores advirtieron al presidente estadounidense Abraham Lincoln de que el muy eficaz general Ulysses R. Grant era un borracho. Él respondió: "Necesito descubrir qué marca le gusta, así que enviaré algunos barriles... a los otros generales".

Como cuenta Peter Drucker, la característica del presidente fue siempre centrarse en los resultados, no en las debilidades, al igual que el general confederado Robert E. Lee.

Una vez, uno de sus comandantes ignoró sus órdenes y desbarató su plan de batalla. Cuando se le preguntó por qué no lo destituía de su cargo, respondió: "Tiene un buen desempeño".

En los negocios, así como en las guerras, lo que importa son los resultados. Tenlo siempre en mente cuando evalúes a tus empleados actuales o futuros.

Cuarto hábito: Una cosa a la vez

Hacer varias tareas al mismo tiempo puede no funcionar muy bien y puede ser un error. Así, Peter F. Drucker afirma, en su libro "El ejecutivo eficaz", que es importante centrarse en una cosa a la vez, dos como máximo. Tres es casi siempre irreal.

Aun así, a lo largo de la historia ha habido genios que podían realizar varias tareas al mismo tiempo.

Supuestamente, Mozart podía crear varias composiciones musicales al mismo tiempo. Pero la mayoría de nosotros no somos Mozart. Puede que incluso seas capaz de cumplir tus objetivos con la multitarea, pero tu trabajo será deficiente.

En lugar de hacer varias cosas a la vez, trabaja de forma inteligente y rápida en un objetivo a la vez. Esto no significa que debas trabajar con prisa, sino que debes concentrarte y trabajar constantemente en el trabajo que tienes en el momento.

Involucra a tu equipo en actividades productivas. Si una actividad es improductiva, abandónala. Prioriza siempre y céntrate en tus propósitos. Mantén los ojos abiertos al futuro, sin centrarte en el pasado.

Recuerda también mantener un margen de tiempo de trabajo para cualquier problema inesperado que pueda surgir.

Quinto hábito: Toma de decisiones

Peter Drucker afirma que la mayoría de las situaciones que exigen la toma de decisiones son básicamente genéricas, es decir, típicas y nada excepcionales. Puedes hacer frente a estas circunstancias aplicando normas bien establecidas con principios y procedimientos generales.

El desafío consiste en determinar cuándo una situación es de hecho típica o cuándo es diferente de alguna manera que requiere un enfoque específico. El mayor error en la toma de decisiones es tratar de resolver un problema inusual de forma típica.

Por ejemplo, los problemas de producción se producen continuamente, por lo que se puede hacer frente a ellos utilizando decisiones y acciones que han funcionado bien anteriormente.

Ser capaz de diferenciar las situaciones genéricas de los acontecimientos extraordinarios es una parte clave de la toma de decisiones eficaz.

El criterio de relevancia

El valor de las decisiones que tomas depende de la relevancia. Esta es una medida correcta de la validez de tu juicio subjetivo sobre cualquier circunstancia a la que tengas que enfrentarte como ejecutivo.

Como se explica en la obra "El ejecutivo eficaz", la claridad y la relevancia de tu opinión son importantes, porque los hechos reales de la mayoría de las situaciones rara vez se pueden discernir rápidamente: suelen manifestarse después de algún tiempo.

Actúa siempre considerando que "la medida tradicional no es la medida correcta". Busca otras opciones. Puedes, por ejemplo, medir el valor de una inversión o de un gasto de capital en función del tiempo que se tardará en recuperar ese gasto.

Puedes determinar la rentabilidad futura de una inversión o el valor actual de los rendimientos esperados. Cada una de estas medidas representa solo una imagen parcial del valor probable del gasto, así que insiste en que tus contables te proporcionen todos los cálculos.

La combinación de datos que surge de estos diferentes métodos de medición de la relevancia te permitirá tomar una decisión mejor informada.

Todo depende de ti

Como ejecutivo y profesional del conocimiento, representas un recurso muy valioso, indispensable, en realidad. La sociedad depende de ti y de millones de trabajadores del conocimiento como tú para ser lo más eficaces posible.

Si eres eficaz, tu organización puede ser productiva y hacer importantes contribuciones al bien común. Intencionalmente, las empresas eficaces pueden servir de "herramientas útiles" para mejorar la vida de las personas. Es un propósito noble.

Sin embargo, la sociedad no puede alcanzar este objetivo vital si las organizaciones no son eficientes. Para evitar este problema, en el libro "El ejecutivo eficaz", Peter F. Drucker dice que necesitan trabajadores con conocimientos sólidos.

Además, eres un elemento integral del sistema que hace avanzar a la sociedad. Afortunadamente, cualquier ejecutivo puede aprender a ser un profesional cada vez más eficiente: es una cuestión de hábito.

¿Qué dicen otros autores al respecto?

Para John C. Maxwell, autor de "Liderazgo, Principios de Oro", los mejores líderes son aquellos que saben escuchar. Los oyentes saben lo que sucede porque están atentos. Aprenden mejor que otros porque absorben ideas de diferentes lugares. Además, los buenos oyentes tienen la capacidad de ver mejor las fortalezas y debilidades de otras personas.

En el libro "The Leadership Pipeline", los autores Ram Charan, Stephen Drotter y James Noel explican cuáles son las 7 fases del liderazgo y las 6 transiciones entre ellas por las que debe pasar un líder para alcanzar un nivel óptimo de gestión.

Por último, Brené Brown, en el libro "Dare to Lead", dice que un líder debe asumir la responsabilidad de reconocer el potencial de las personas y sus ideas y alentarlas a desarrollar ese potencial. El líder sabe que el verdadero poder es compartido con todos.

Cierto, pero ¿cómo puedo aplicar esto en mi vida?

Para ser un ejecutivo eficaz, hay que tener la capacidad de "hacer las cosas bien". Esto implica a menudo hacer lo que otras personas ignoran, así como evitar lo que es improductivo.

Con la mentalidad adecuada, conviertes tu inteligencia, tu imaginación y tus conocimientos en resultados aplicando las prácticas que hemos visto anteriormente en este resumen del libro "El ejecutivo eficaz".

Es importante recordar que todas ellas pueden ser aprendidas y que el conjunto te convertirá en una persona más eficaz.

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